Hacia tiempo que quería hacer la crítica de esta película, pues la vi el día 20 de mayo (sí, hace ya tiempo), pero siempre he querido comentarla.
Basada en una obra de teatro, cuenta la historia de Hester, una mujer que vive en los años 50, y que abandona a su marido, un hombre rico y que la quiere, por un hombre bastante atractivo que es alcohólico.
La presentación de la película es sencilla: Hester fumando, y explicando por medio de "flashbacks", como ha llegado a esa situación de abandonarlo todo.
Rachel Weisz borda el papel de Hester, una mujer frágil, inocente e insegura que solo busca la felicidad; Simon Rusell es el marido que la ama, que se preocupa por ella; y Tom Hiddleston es el hombre que solo se preocupa de él mismo.
Para ser sinceros, yo he visto esta película porque Tom Hiddleston salía desnudito en el trailer, y no voy a negar que él puede ser mi único interés por ver la película. Pero ver su giro en el personaje, su gran interpretación, su cuerpo, para qué engañarnos, es suficiente para ver la película. Un hombre bipolar, infantil y muy egoísta y cruel. Mi único pensamiento en toda la película es "pobre Hester...".
Y en cuanto al final, es inesperado, pero también es la única forma en la que puede continuar la historia. A todo ello, hay que sumarle una llorera épica.
En resumen, me parece una película bastante interesante, con una gran historia y con unas muy creíbles interpretaciones. Y respecto a las críticas negativas que recibe esta película, como "aburrida", me parece de un gran valor hacer esta película en un mundo de películas en las que solo hay superhéroes, secuelas, precuelas, trecuelas, remakes y reboots. Un hurra a Terrence Davies, a los espectadores que sabemos apreciar la sensibilidad de esta película y al cuerpazo de Tom Hiddleston.
Como curiosidad, hay una versión de esta obra de teatro protagonizada por mi querida Vivien Leigh, solo que el final es distinto. Ya sé que buscar estas Navidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario