Agnes
es una joven adolescente del pueblo de Iowa cuya dura vida y la de sus otras dos hermanas
pequeñas gira en torno a su madre drogadicta, su novio (que mantiene una
relación con ella) y la casa en la que
viven, un prostíbulo de mala muerte conocido como “The Poker House”.
Autobiografía de los años de juventud de la directora del film, Lori Pretty.
Dramón
que hemos visto una y otra vez en los típicos telefilms, con guión más bien
flojito en el que destacan las impresionantes interpretaciones de las 3
hermanas: Chloe Grace-Moretz (sí, nuestra Hit Girl), Sophi Bairley y Jennifer
Lawrence, protagonista absoluta como Agnes. Centrarme en ella, no solo porque
ha ganado el Oscar hace escasas horas, sino porque está película supone su
debut cinematográfico allá por 2008.
Y
menudo debut; Lawrence borda el papel de chica angustiada, triste y
desgraciada, con una naturalidad de interpretación y calidad reservada a muy
pocas. Sus lágrimas, sus gritos son absolutamente creíbles y en ningún momento
(ni en ninguna de sus películas) llega a sobreactuar, algo que está demasiado
de moda y que se premia como si fuese lo difícil (pese a que es lo más fácil,
pero bueno).

El sufrimiento y la triste alegría que transmite te llega y te
rompe el corazón, sobre todo en el climax del film, la brutal violación que
sufre a manos del novio de su madre, y el posterior odio que su madre le
confiesa que siente desde que ella nació. La mejor escena del film, la más
poderosa, la que más transmite sólo ennegrecida por la penosa interpretación
de Selma Blair como madre (de lo peor que he visto en mi vida). O tal vez, a la
altura de la Lawrence, queda como una simple actriz sin fuelle que se oculta en
el histrionismo para intentar conseguir el típico premio importante que dan a
este tipo de papel (loca/prostituta/drogadicta y un laaaaaaaaaargo etc).
Las dos
hermanas, entre ellas la famosa Moretz , hacen unos fantásticos papeles, pese a
que la primera sale muy poquito, pero sólo con poner sus ojitos, enamora hasta
el crítico más duro. Para finalizar, una estupenda banda sonora, sobre todo en
la escena final, con un mensaje lleno de esperanza para personas que pueden
sufrir desgracias similares. Lori Pretty firma una película autobiográfica
simple, más bien sosa, pero que pasará a la historia como el fantástico debut
de la gran Jennifer Lawrence.
“20
años después, dirigió y escribió esta película”